Entrar en esta casa es como cruzar el umbral hacia un refugio cálido y familiar. Tiene ese encanto difícil de encontrar: madera, luz, calma y una sensación inmediata de bienestar. Quizás sea el revestimiento en madera, la chimenea del salón o las vistas abiertas a Collserola, pero todo en ella transmite hogar, equilibrio y serenidad.