Te presentamos una de esas joyas con historia que todavía conservan el encanto de la Barcelona de toda la vida: una finca de 1900, de las típicas del Eixample, en la esquina de Balmes con Aragón. Una ubicación que lo tiene todo a mano: supermercados, cafeterías, farmacias, el mercado del Ninot a un paso, transporte público por todas partes (FGC, metro, bus...), y el centro a diez minutos caminando. Vamos, que si te gusta moverte por la ciudad sin depender del coche, este sitio te lo pone fácil.
El piso está en una quinta planta real, lo cual se traduce en luz a raudales durante todo el día (y eso en el Eixample no es tan fácil de encontrar). Tiene 165 m² y hasta ahora ha funcionado como oficina, pero está registrado como vivienda, así que puedes darle la vuelta y convertirlo en el piso que siempre has querido. Con una buena reforma, puedes sacar 3 o 4 dormitorios, 3 baños, lavadero y trastero, y aún te sobrará espacio para vivir con amplitud.
Y lo mejor: conserva muchos de esos detalles que enamoran. Techos altos con molduras y rosetones, y, si se confirma lo que suele pasar en estas fincas, probablemente detrás haya bóveda catalana y paredes de ladrillo antiguo esperando a ser rescatadas. Una oportunidad brutal para quien quiera mezclar el carácter de lo original con un estilo más actual.
En resumen: una base sólida, con alma, y con muchísimas posibilidades. Ideal para quien quiera hacer algo a medida, sin sacrificar ubicación ni metros. Si estás buscando un proyecto con personalidad en una zona top de Barcelona, este puede ser tu sitio.
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